jueves, 14 de octubre de 2010

"Sonata a Kreutzer" de León Tolstoi.

La próxima reunión del Club de Lectura tendrá lugar el martes 26 de Octubre, a las 19:30 horas. En ella comentaremos el libro "Sonata a Kreutzer" de León Tolstoi.

“Sonata a Kreutzer” es una obra de una intensidad subyugadora, una de esas obras cuyo crescendo arrebata al lector, que se ve incapaz de abandonar la obra hasta no concluir su lectura. Enhebra además, junto a esa fuerza del argumento, una serie de razonamientos tan certeros que son un puntal fundamental para crear el asombro del lector: asombro ante lo que narra la obra, asombro ante unos razonamientos cuya lógica evidente permitimos que se oculte bajo los buenos modos de nuestra vida ‘civilizada’.En esta brevísima novela, León Tolstoi nos relata la historia de Pózdnyshev, un hombre que se casa enamorado y dispuesto a llevar una vida de tranquila felicidad doméstica. Pero las dulzuras de la luna de miel pronto dejan paso a la rudeza de la vida cotidiana, cuando el amor se quita la máscara y queda la descarnada realidad. Cuando por último entran en escena los celos, el final trágico se precipita: Pózdnyshev quitará la vida a su mujer.El protagonista es consciente de que lo que ha hecho está mal y la idea del cuerpo de su esposa, inerte sólo por su causa, le llena de horror. No obstante, comprende que sus actos han sido el fruto de una serie de hechos y convenciones de las que él no ha tenido la energía suficiente para escapar.

La primera parte de la novela, en la que el protagonista se dedica a narrar sus reflexiones acerca de lo que suponen las relaciones entre hombres y mujeres, es magistral. Tolstói se sirve de un personaje que ha tocado fondo, un asesino, para poner en su boca pensamientos que nadie más podría expresar sin causar escándalo y que sin embargo, están llenos de razón.Pózdnyshev no se engaña y considera que un único sentimiento preside las relaciones entre hombres y mujeres: el deseo sexual. Un deseo primigenio, esencia misma del ser humano, pero que éste ha tenido que disfrazar bajo la palabra ‘amor’, para no tener que reconocer ante sí mismo que, al menos en ese aspecto, muy poco le diferencia del resto de los animales.Al hombre se le educa además desde su primera juventud para que satisfaga esa pasión y se le enseña a mirar a la mujer como vehículo para la obtención de un placer que, además, es saludable. El hombre no es capaz de contemplar a la mujer como una compañera, mucho menos como a una igual: la mujer es simplemente un objeto de placer. A algunas se las puede conseguir de una manera sencilla; para conseguir a otras, y por un convencionalismo social, es necesario pasar por el trámite del matrimonio.La mujer, por su parte, debe convertirse en una simple mercadería y lograr convencer a algún hombre de que pague el precio (el matrimonio) para poder disfrutar con ella de los placeres sensuales; además de abrirle a ella a su vez la puerta a esos placeres que de otra manera le están vedados. Pózdnyshev, de regreso del infierno tras matar a su esposa, se rebela contra una sociedad que bendice unas relaciones desiguales.El hombre humilla a la mujer cada vez que la contempla como un objeto destinado sólo a su placer. E inevitablemente, la contempla así siempre, porque eso le dictan sus instintos y eso aplaude la sociedad. El hombre precisa satisfacer su sensualidad siempre, y eso le lleva a ser el único animal que no respeta los periodos de gestación o lactancia de su compañera: no aprecia el milagroso esfuerzo de dar vida a un nuevo ser, sino que sigue buscándola para su solaz. Siendo esto así, jamás podrá darse una relación de igualdad entre hombres y mujeres.La segunda parte de la novela, en la que el protagonista abandona las reflexiones generales sobre las relaciones entre hombres y mujeres, para centrarse en los detalles de su infeliz vida matrimonial, donde los momentos de deseo acabaron por no poder encubrir el odio que se había ido desarrollando entre los cónyuges, es menos interesante. A pesar del final dramático, de la tensión creciente que conduce a él, tiene menos capacidad de apelar al lector.Una reflexión apunta, no obstante, entre el relato de los acontecimientos. Y es que la esposa de Pózdnyshev, hermosa, liberada por los médicos del peligro de la maternidad, vuelve a ser un bocado apetecible, no sólo para su esposo. La idea de que pueda gozar de placeres sensuales con otro, liberada del temor de engendrar un hijo fuera del matrimonio, enerva a un marido que, por una vez, teme a una mujer dueña de su sexualidad.

En resumen, una obra que invita a reflexionar sobre el papel de la sexualidad en las relaciones entre hombres y mujeres, enseñándonos que, en algunos sentidos, poco han cambiado a pesar del paso del tiempo.

8 comentarios:

  1. Para mí, el misterio y la tensión de la novela es cómo el protagonista masculino llega en el desenlace final del libro a matar a su mujer. Ni Pózdnyshev, ni su mujer ni ninguno de sus hijos son malas personas ni mucho menos. Pero se ven desbordados por la propia vida. La rutina diaria se los va a engullir sin que apenas se enteren. El matrimonio se les empieza a hacer una carga demasiado difícil de sobrellevar. Y por si fuera poco, entran en escena a última hora los celos, ese sentimiento que ha perdido y perderá a tantos hombres. Me pregunto si realmente tenía Pózdnyshev motivos para tener celos. Muchas mujeres responderían que no. La mayoría de hombres supongo que contestarían que sí.

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  2. Existen novelas clásicas que además de ser interesantes, son muy entretenidas y de lectura amena. Esta novela es de ésas. Merece la pena leerla, y no se puede considerar aburrida. Además refleja muy bien cómo los celos ciegos pueden llevar a una persona a cometer un crímen atroz.

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  3. Normalmente cuando sabemos que alguien va a morir al final del libro que acabamos de empezar a leer, es decir, cuando conocemos el desenlace final, suele ocurrir que dicho libro pierde nuestro interés. En cambio, en "Sonata a Kreutzer" no pasa eso. Muy al contrario. El asesino va relatando su historia paso a paso y aportando datos que van enganchando a pesar de conocer previamente la muerte que está por llegar.
    Sexualidad, celos, odios, amor y desamor, todo está presente en esta gran obra.
    No es demasiado extenso, aunque reconozco que me ha gustado mucho desde el principio.
    Si alguien no lo ha leído, le recomiendo que lo haga.
    No soy muy amante de los clásicos, pero éste está muy bien escrito. Y me ha hecho meditar bastante sobre los temas que plantea.

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  4. En esta novela, lo mejor es la descripción que hace Tolstoi de los celos a través de la boca de ese segundo narrador que será Poznishev a lo largo de la segunda parte. El sentimiento del amor, que pronto se torna en odio y propicia los celos del amante: ese es el tema que aparece aquí magistralmente retratado. Suena injusto, políticamente incorrecto, pero es un excelente reflejo del sentimiento que estropea la mayoría de las relaciones sentimentales.

    Lorena.

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  5. Vicente Parra Sanchez27 de octubre de 2010, 23:34

    Sonata a Kreutzer me ha encantando. Ha sido de esos libros que te pones a leer, engancha y deja solera. Es de resaltar la valentía de León Tolstoi para escribir y tratar temas tan comprometidos como el amor, la amistad, los celos, los hijos... Es un libro con mucho fondo, teoriza sobre infinidad de temas con los que se puede estar de acuerdo o no, pero ahí están. Su prosa es sencilla, amena y fácil de leer. Merece la pena tenerlo en cuenta.

    Vicente Parra.

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  6. La Sonata es un libro complejo y apasionante como también lo son las relaciones humanas en general, y las de pareja, en particular. Ambas vertientes están reflejadas en un libro que,aunque escrito en 1889, no ha perdido cierta vigencia en nuestros días, a tenor de los grandes temas universales que condensa:el amor, los celos, la frustración, la muerte.
    Si seguimos además este orden, probablemente podamos desembocar en no pocos de los expedientes que, apilados unos encima de otros sobre la mesa de algún juzgado, esperan con desgarrada ansiedad una resolución que ya inevitablemente está teñida de sangre.
    Por contra, otros pasajes de la obra no pueden ni deben ser sacados del contexto espacio-temporal en el que se inserta la misma, esto es,la sociedad burguesa de la Rusia decimonónica.
    Acostumbrados como podíamos estar a la densidad y extensión de los títulos por los que Tolstói ha sido aplaudido tradicionalmente por crítica y público ( Guerra y paz, Anna Karenina... ), esta obra breve, ágil y directa encierra una impecable técnica narrativa mezclada con el sabor amargo que dejan esas historias que se visten de realidad.
    Un saludo.
    Isabel Pérez.

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  7. Dicho de un autor, de una obra, de un género, como definición de clásico, en este caso, homenaje obligado a León Tólstoi (1828-1910), y su obra breve, aunque profunda, Sonta a Kreutzer (1889), que acabamos de leer en el Club de Lectura y que provocó un vivo interés en los planteamientos del ruso acerca de su visión de las razones humanas, el amor y los celos, además de otros muchos temas, la infancia y los hijos, como bien pusieron de manifiesto los miembros del Club. Los argumentos del protagonista, Pózdnyshev, y su relato acerca de las relaciones amorosas entre hombres y mujeres desde la visión de un asesino que ha llegado hasta el fin de sus actos, el asesinato. La brevedad del libro no impide que, en una primera parte, el lector entre de lleno en unas reflexiones sobre las relaciones en torno al amor, y esos otros temas que se derivan del él: conceptos como la sexualidad, pasión, engaño, prostitución, que de alguna manera, según la época, formaban parte de los convencionalismos sociales, sin que fuera necesario el amor hacia una mujer. Pózdnyshev cuenta su visión de la vida a su vuelta del infierno de la cárcel, y de alguna manera hace un repaso de la sociedad con la que no está de acuerdo porque mantiene la tradición de las desigualdades. Los más variados temas surgieron a lo largo de la amena charla de los asistentes a la reunión del Club, y finalmente se puso de manifiesto la valentía y la libertad con que Tólstoi escribía sobre temas de máxima actualidad.
    En una segunda parte, hablará de su infelicidad, del odio engendrado a lo largo de los años, se muestra obsesionado y, a veces, decae la tensión en el texto, pero se justifica toda esa primera parte en la que Tólstoi se permite juicios severos sobre los temas expuestos, y sobre todo se enfrenta a una esposa que parece gustar a otros hombres por su exuberante belleza tras recuperarse de su maternidad: los celos llevarán al marido al final trágico, enfermo de unos celos que van más allá de una relación matrimonial.
    El próximo mes un nuevo reto: La habitación de invitados, de la australiana Helen Gardner.

    Pedro M. Domene.

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  8. Me parece muy interesante la propuesta de vuestro centro.
    Justo ahora acabo de publicar una entrada en mi blog sobre esta obra de Tolstoi.
    Os dejo el enlace por si os interesa mi punto de vista.

    http://rimelporlibro.blogspot.com/2012/02/la-sonata-kreutzer.html
    Un saludo

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