viernes, 15 de noviembre de 2013

"Réquiem por un campesino español" de Ramón J. Sender

La próxima reunión del club de lectura tendrá lugar el viernes 13 de Diciembre de 2013, a las 19:30 horas. En ella comentaremos el libro de Ramón J. Sender "Réquiem por un campesino español".

"Réquiem por un campesino español" recoge un dramático episodio  de la guerra civil en un pueblecito aragonés. Mosén Millán se dispone a ofrecer una misa en sufragio del alma de un joven a quien había querido como a un hijo. Mientras aguarda a los asistentes, el cura reconstruye los hechos: el fracaso de su mediación, con la que creyó poder salvar al joven, pero que sólo sirvió para entregarlo a sus ejecutores. El relato es de una perfecta sobriedad y de una sencillez no por ello menos profunda y estremecedora. La narración sobrecoge por su ajustado realismo, por la eficacia de sus símbolos y por el profundo conocimiento de los mecanismos de la conciencia, puesto de manifiesto a través de la evocación del sacerdote. Sin duda, Réquiem por un campesino español es una de las mejores obras de Ramón J. Sender y un libro definitivo sobre nuestra guerra civil, alejado de cualquier panfletarismo.

1 comentario:

  1. El año lector de nuestro Club lo acabamos con eso que denominan, una vez más, un clásico de nuestros narradores del siglo XX: Réquiem por un campesino español, de Ramón J. Sender, que como hemos sabido posteriormente, escribiría su Mosén Millán en apenas una semana, una obra que estaba destinada a formar parte de un proyecto de novelas cortas que los profesores, Mulvihill y Sánchez, iban a publicar en Madison (Wisconsin), pero no se llevó a cabo y terminó interesando a José Ramón Arana, director de la colección Aquelarre, en México D.F., que lo publicaría en 1953.
    El escenario, según Sender, se sitúa en “una aldea imaginaria hecha con memorias líricas y dramáticas de dos pueblos, Chalamera y Alcolea de Cinta, y de Tauste y de tantos otros pueblos donde viví (siempre en Aragón)”. El título de la novela se cambió cuando se preparó la edición en inglés porque eso de Mosén Millán no sonaba a nada, y se optó por Réquiem por un campesino español, cuando apareció publicado por Las Américas, en Nueva York, 1960. La obra ha sido considerada, desde siempre, como una pieza maestra, porque el escritor ha sabido mantener en ella un tono clásico, apoyado por un lenguaje directo y sencillo y una envolvente estructura. Para Sender, la obra “es simplemente el esquema de toda la Guerra Civil nuestra”, con una dimensión social muy acusada. No pensó sino en “la expresión literaria directa de un problema en torno a una aldea. El problema tiene derivaciones sociales, que se desprenden solas como se desprende la neblina de una paisaje húmedo, esta vez húmedo de sangre”. En realidad, el autor otorgaba cierta unidad formal a las contradicciones y a las agitaciones de la posguerra que se habían quedado en España, una situación viciada por el miedo, la venganza y otras catástrofes morales, y curiosamente este relato no se mueve en una atmósfera de pesadilla y terror. Entre las intenciones del escritor hay una posible esperanza: la restauración del mito que, de alguna manera, infunde cierta belleza a los grandes gestos humanos.
    Mosén Millán —señala Juan Luis Alborg (1962)— “es una novela de muy distinta especie (…) Sender vuelve a vestir sus armas de escritor combativo y ardoroso”. Es, añade el crítico, un acierto de construcción y ritmo. Muy breve, apenas rebasa la condición de novela corta. Mosén Millán es el cura del pueblo, que bautizó, dio la comunión y casó a Paco el del Molino. La figura del párroco está trazada con amor, con gran respeto y con una intensa profundidad y humanidad. El sacerdote se dispone a ofrecer una misa de réquiem por ese hombre a quien había querido tiernamente desde el día en que le abrió en la pila bautismal las puertas de la iglesia; y mientras el cura se viste en al sacristía y aguarda el momento de empezar la ceremonia y a los asistentes, Mosén Millán reconstruye en su mente los acontecimientos que condujeron a la muerte de Paco, y se cuenta esa especie de culpa que experimenta el sacerdote y la tragedia de Paco, por lo que habría que señalar dos planos fundamentales: un primero, mientras mosén Millán espera en la sacristía, y un segundo cuando empieza a recordar la historia de Paco y el triste final del que el sacerdote es testigo y, además, causante involuntario. Estos recuerdos se ven interrumpidos por la continua presencia de los ricos del pueblo que, irónicamente, se prestan a pagar la misa por el muchacho, por el propio mosén que pregunta al monaguillo si ya hay feligreses y, finalmente, porque un potro entra en el reciento inesperadamente.
    Cerramos el año con un balance positivo de buenas y amenas lecturas, discutidas, divertidas y sobre todo descubriendo algunos de los libros más interesantes de la literatura española y universal.

    Pedro M. Domene.

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